Me siento como polaco ante la ascensión
del Führer…
El pasado ocho de noviembre de dos mil
dieciséis fue #ElectionNight en USA (o Estados Unidos de América para los
puristas del castellano), donde se definen elecciones de Presidente, Cámara de
Representantes (cámara baja, o de los comunes), y Senado. Los candidatos
Hillary Clinton -Demócrata- Donald Trump -Republicano-.
Ambos han manifestado la necesidad de
renegociar el NAFTA (North American Free Trade Agreement) que incluye a Canadá,
USA y México, por considerar que México ha sido el principal beneficiario, la
incómoda verdad.
La historia
Antes de la entrada en vigor del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (1 de enero de 1994), la vida económica
de México era paupérrima, con empresas de estado ineficientes, monopolios y un
proteccionismo económico sustentado en la ilusión de una economía petrolera
estable. Palabras como Eficiencia, Eficacia, Competencia, Sustentable, Cultura
empresarial, Visión y Misión eran inexistentes.
Inflación recurrente, peso devaluado,
fronteras cerradas, la omnipotente y omnipresente televisa del “Tigre”
Azcárraga dedicada a estupidizar a los mexicanos (telenovelas, partidos de
futbol, estrellas pop de plástico), décadas de lavado mental por la SEP,
historia maniquea de héroes sobrehumanos y traidores a la patria cuasi
demoniacos, la idea de una soberanía patriotera, sobreprotección revolucionaria
al indígena, al obrero y el paternalismo represor del Gran Hermano llamado PRI.
La consecuencia
Generaciones sin educación financiera,
instituciones de seguridad social sanas financieramente, jubilaciones dignas,
hijos del petróleo que a sus 40 años descubrieron que papá gobierno les mintió
y no podrían mantenerse como clase media viviendo de su pensión, que se
jubilarán como ancianos.
Sindicatos convertidos en Leviatanes,
líderes decrépitos con poder casi absoluto que rendían tributo al emperador
sexenal en turno.
Demagogos que no han trabajado desde hace
más de diez años y viven de los impuestos, los cuales envenenan a los pobres
contra los empresarios y las mafias del poder.
Una cultura patriotera, xenófoba,
charrista del pendejismo, el “ya merito” y “Dios proveerá”. Un lumpen que tenía
(insípido y precario) pan y (vulgar e insultante) circo.
El cambio
El TLCAN fue la obra maestra del
Presidente Carlos Salinas de Gortari -ese al que todo mundo besaba la mano
durante su periodo y al concluir se convirtió en el innombrable favorito de la
oposición- aunque insuficiente con su promesa de llevar a México al “primer
mundo” cumplió con el propósito de desruralizar al país.
La incapacidad
Los gobiernos mexicanos posteriores al
TLCAN, que no supieron, no pudieron o no quisieron llevar a México a la altura
de sus socios comerciales norteamericanos, político que compraban voluntades y
conciencias con una torta y un frutsi, esos partidos que prostituyeron a los
“muertos de hambre” a cambio de su presencia en un mitin o un voto en época
electoral; los políticos que profesaban la abundancia en público y robaban en
privado.
El reclamo
El reclamo no es para Donald Trump quien
declara (quizá con justificación) que México ha sido el beneficiario del TLCAN
y los migrantes “mexicanos” ha dejado sin empleo a esos votantes que le han
dado el triunfo electoral;
Mi reclamo es a los gobernadores y ex
gobernadores de Guerrero, Veracruz, Michoacán, Sinaloa, ahí donde el narco
tiene sus bastiones; es a los líderes que no tiene la altura de su cargo, la
visión a futuro del estadista, la humanidad para gobernar.
Mi reclamo es a los padres que se
derrotan y educan a sus hijos en y para la derrota, para el prójimo que se
burla del optimista, que abusa del honesto, para el trabajador que roba a su
patrón, para el obrero que piensa que su jefe en un “pendejo”, para el que
piensa “el que no tranza no avanza”.
Mi reclamo es al mexicano común que
espera a que otro haga las cosas por él, al que tira basura en la calle, al que
escupe en la acera, al mexicano que piensa que ser pobre es bueno y ser rico es
malo, al que no le gusta la escuela, al que prefiere ser narco que pobre.
Mi reclamo es a ese naco que se siente
orgulloso de serlo y defiende su derecho a ser vulgar, torpe y agresivo, a esos
padres que por enarbolar una fe procrean hijos sin tener los medios ni el
espacio para una vida digna, para los padres que piensan que sus hijos “tengan
lo que ellos no tuvieron”, “no sufran lo que yo sufrí”.
Mi reclamo es a esos niños y jóvenes
farsantes, que acuden a sus centros educativos y cuentan los minutos para
escapar de ellos; para los que tiene el sueño de la fama fácil como jugador de
futbol, “artista” o narco, a los estafadores que hacen trampa para acreditar
sus cursos, a los mediocres.
Mi reclamo es a esa clase burócrata de
altos y medios mandos que fomenta parásitos en los puestos públicos, que da
nombramientos a sus hijos, sobrinos, primos, hermanos, amantes; a esos
incompetentes que no sobrevivirían sin la sobreprotección de sus familiares.
Mi reclamo es a estaciones de radio como
la Z o la Ke Buena, que consienten y apapachan la vulgaridad y el analfabetismo
funcional, con melodías primitivas y letras vergonzantes.
Mi reclamo es a esa generación millenial,
que teniéndolo todo, no ha hecho nada por su país, a esa generación
hipersensible y muy activa en redes sociales, pero incapaz de dar asilo a un
indigente.
El despertar
En la lógica discursiva de Donald Trump,
quien al momento de escribir este texto se perfila como Presidente electo de
USA, los inmigrantes que el denomina general e incorrectamente como
"mexicanos", son los culpables de que la clase baja y menos instruida
del vecino país del norte vea mermada su oportunidad de ingresos, una
consecuencia de la globalización es la mano de obra barata o el outsourcing.
Ha sido la incapacidad de crecimiento económico en los gobiernos mexicanos, la principal causa de los migrantes hacia el Norte.
La inconformidad, el descontento que avivó Donald Trump en los olvidados de la globalización, ha sido la clave de su llegada al poder del país mas poderoso del mundo.
La ilusión se terminó, el espejismo de la globalización ha comenzado a desvanecerse en los lugares más avanzados del occidente; Francia con los ataques de quienes se identificaron como musulmanes, Reino Unido con el brexit y USA con el voto duro de ese sector menos escolarizado y desempleado.
Son claras señales de países con
economías sólidas, sociedades más dinámicas, grandes universidades y compañías
mediáticas, que han sido portavoces de los beneficiarios; olvidando a los
ausentes de Twitter, Facebook, Instagram, aquellos que en la realidad, tiene
derecho y votan contra esa burbuja llamada Globalización.
El augurio
México tiene la obligación histórica de
cambiar y suplir sus deficiencias sociales y económicas ante la inminente
llegada al poder de los inconformes de la Globalización.