Un par de días han pasado desde el festival “L'État, c'est moi” celebrado en el zócalo de la México capital el lunes uno de julio de dos mil diecinueve, Organizado por el Ejecutivo Federal en donde entre ciento o quizá miles de fanáticos el Presidente enlistaba sus logros (desde los mediáticos hasta las pavimentaciones de calles) durante sus primeros siete meses de gobierno. Logros que en pocas horas fueron sometidos al escrutinio de los analistas especializados y contrastados con la realidad para desmentir o validar según fuera el caso.
Concluido la auto celebración, el miércoles tres de julio la noticia que
llamo mi atención es la protesta en cuarteles de la Policía Federal, la cual al
menos en México capital se encuentra poco menos que amotinada, manifestando su
rechazo a ser incorporada (de manera forzosa dicen ellos) a la novísima Guardia
Nacional, corporación civil en el texto, pero militar de facto.
Los integrantes de la Policía Federal incluye en sus peticiones que se
respeten sus salarios actuales, su antigüedad y se mantenga el adiestramiento
de inteligencia civil y no militar; pero ¿Cuál es la función de Policía del Estado?
Originalmente se le denominaba politeia
-representada en un conjunto de instituciones- al ordenamiento global de la polis griega, durante el medioevo su
función se concentraba en el orden de la sociedad civil, en la Edad Moderna -con
el surgimiento del Estado Moderno- la policía
se refería a toda actividad de administración pública, en el siglo XIX se asocia
a la policía con la seguridad pública como es el caso de la
institución mexicana denominada Policía Federal.
Citando a uno de mi autores favoritos Ignacio Burgoa “ la finalidad del Estado consiste en los múltiples
y variables fines específicos que son susceptibles de sustantivarse
concretamente, pero que se manifiesta en cualquiera de las siguientes tendencias
generales o en su conjugación sintética: …, la seguridad publica[1]”.
El Estado tiene el monopolio de la fuerza, es la única institución
facultada para emplear la fuerza de los cuerpos de seguridad para fines
coercitivos, y “mantener” la paz y la seguridad pública, existen autores que refieren
el objetivo de la policía como mantener el status
quo del gobierno y los grupos privilegiados. Llegamos a la corporación mantener
la seguridad pública conocida como Policía.
En el caso de la agonizante Policía Federal Mexicana órgano creado durante el
sexenio del Presidente Felipe Calderón Hinojosa para unificar a los cuerpos de
seguridad pública bajo el mando del titular del Ejecutivo Federal a efecto de
evitar la intervención de los caciques locales para la protección de grupos
delincuenciales y la homologación de trabajos de inteligencia acción y reacción
bajo el mando de civiles.
Una de las principales y reaccionarias características del actual gobierno
es la mnemofobia (el miedo -y agregaría
aberración- irracional a los recuerdos “neoliberalistas”); no obstante los
postulados de autosuficiencia alimenticia, exacerbación del nacionalismo, y
desprecio al neoliberalismo proclaman el regreso a esa época dorada del “milagro
mexicano” y “administración de la abundancia”. En este discurso contradictorio
del gobierno de la 4T, el ataque sistemático a las instituciones creadas
durante periodos anteriores al actual, ha sido inquisitivo hacia la Policía
Federal, a quienes ha calificado como “Corruptos” en el mejor de los casos; corporación
que han enfrentado a los carteles del narcotráfico y a la cual de manera “automática”
se pretende incorporar a la Guardia Nacional (cuerpo de reciente creación y
aprobación constitucional debido a la coyuntura política Pegemonica del actual gobierno), cuerpo que en su planteamiento se
prometió como civil, y en los hechos resultó militar.
No recuerdo un movimiento de protesta y reclamo en una de las instituciones
de cuerpos de seguridad en contra del Ejecutivo (quien aprovecho el día para ir
a practicar baseball desde la tercera base “la esquina caliente” y compartirlo
en su social media), y la respuesta desinteresada de soslayo y señalamientos de
subrepticios a los reclamos de la Policía Federal, gestados desde una cúpula ilegitima
de líderes ajenos a la corporación y corrupta, expresó el Ejecutivo Federal.
Así la crisis de los cuerpos de seguridad civiles quienes se niegan a
integrarse al a Guardia Nacional, dejando una novísima Guardia Nacional que no
cuenta con personal o instalaciones para cumplir con su objetivo principal, ser un cuerpo de protección civil y
seguridad pública.