El fin de semana me encontraba con un muy buen amigo en las inmediaciones del centro histórico de la Ciudad de México tomando un trago, acudimos a una de las calles peatonales del primer cuadro en donde salió a la plática la cultura azteca y el pulque.
Mi amigo insistía en que los aztecas eran un pueblo que aceptaba y toleraba la embriaguez, incluso pública, que seguramente en esas zonas también se encontraban hace siglos algunos aztecas en estado etílico.
Le refute que según mis recuerdos la embriaguez era un delito y se encontraba proscrita, que no era una costumbre aceptada socialmente, inclusive salió como referencia el maestro Guillermo Floris Margadant autor del libro Introducción a la Historia del Derecho Mexicano, como dato curioso el maestro Floris no era de origen mexicano.
Pasada la fiesta regrese a consultar el dato que prometí compartir con mi amigo -vaya temas de conversación para un fin de semana- y respecto al llamado Derecho azteca encontré:
"Entre los delitos figuró la embriaguez pública (el
abuso del alcohol dentro de la casa fue permitido), con excepción de ciertas
fiestas, y de embriaguez por parte de ancianos. Nobles que se embriagaban en
circunstancias agravantes (por ejemplo, dentro del palacio) incluso se exponían
a la pena capital. Una represión tan drástica sugiere la presencia de muy
fuertes tendencias, consideradas antisociales.[1]”
En mis años universitarios no me habría cuestionado la veracidad de dicha afirmación, sin embargo ahora reflexiono sobre la fuente no referida, el autor tampoco remite al lector a códice específico para corroborar los delitos del derecho mexica; si bien al inicio del subtema cita el Códice Mendocino, un libro de relatos atribuido a Moctezuma II, libros de historiadores y cronistas como Fernando de Alva Ixtlixochitl, Juan de Zumarraga, Torquemada, Mendienta, Motolinia entre otros.
Así para empezar la semana y el mes de septiembre cabe recordar al menos para efectos de los estudiantes del derecho prehispánico, la embriaguez pública era considerada un delito, circunstancia que no ha variado mucho pues ahora ingerir bebidas alcohólicas en la vía pública es considerado una falta administrativa.
[1]
Floris Margadant Guillermo, Introducción
a la historia del derecho mexicano, 18ª ed., Esfinge, México, 2001, p. 34.