miércoles, 13 de marzo de 2013

Elementos de la democracia pte. 2



1.     Partidos políticos


            Los partidos políticos son personas jurídico colectivas o mal llamadas personas morales; reconocidas en el artículo 25 del Código Civil Federal, en materia electoral tiene un reciente surgimiento en la historia humana, no tiene más de 300 años de vida.

            Sobre su surgimiento, es de origen burgués en contraposición a la nobleza, donde el primer grupo busca representación en los asuntos de gobierno -fenómeno que Ferdinand Lasalle denomina factores reales de poder-, fueron el punto de arribo de las sociedades, después de siglos de lucha por el poder sin más regla que la del predominio del más fuerte. [1]

            Sobre su repercusión en la vida moderna, Diego Valadés escribe: El estado moderno ha presenciado el surgimiento de los partidos políticos como un importantísimo componente de los órganos del poder. Auténticos intermediarios entre el elector y el elegido, los partidos tienen su propia inercia.[2]

            Sobre la naturaleza y objeto de los partidos políticos, en principio es la representación formal de un grupo de población con determinados interés, agrupados bajo la institución que postula ciertos principios políticos, ideológicos y económicos.

            Posteriormente a la creación de la identidad de grupo los partidos políticos solo puede tener como propósito constituir una organización que luche contra otras análogas, y nada menos que por la conquista del país.[3]

            Una gran contribución al sistema moderno es que dentro de la lucha por el poder, se establecen mecanismo, decorosos y distantes a esa desaparición del grupo aspirante al poder que ha sido derrotado, no hay proscritos, no hay ejecuciones, ni exilios y a su vez conservan posibilidades de sustituir al ganador.[4]

            Estos mecanismos, necesariamente se deben encontrar  previstos o al menos referidos en el Texto constitucional, y regulado por las leyes secundarias, que tendría n que ser las normas electorales.

            Sobre el Constitucionalismo y los partidos políticos reconocidos y normados por éste, entonces constitucionalismo y partidos tiene funciones concomitantes, y se explica la proximidad temporal de su aparición.[5]

            Reiterando el comentario del elemento anterior, en el caso de México es la propensión del Estado hegemónico a desarrollar formaciones políticas también hegemónicas, limitando considerablemente la lucha de partidos.[6].

            Circunstancia que conlleva a la simulación del respeto a un estado de derecho, apegado a la normativa, pero de facto pervirtiendo el sentido de la estructura político-jurídica.

            En el mismo sentido el actuar público de los partidos políticos tendría que  ser regulado por un mecanismo más evolucionado que el simple voto de castigo en las elecciones democráticas.

            Un problema actual del sistema representativo es el elegido por la ciudadanía tiende a convertirse en un representante dual: con un mandato representativo del pueblo, y con otro mandato imperativo de partido.[7]

            Crear una especie de responsabilidad legislativa personal o grupal a la cual tengan acceso los ciudadanos, en cuanto a que las actuaciones del ente jurídico afecten, vulneren los derechos fundamentales.

            Frente a la apatía de los partidos políticos al reclamo público considero que bien podría establecerse su acción adjetiva por la sola afectación del interés legítimo.



[1] Valadés, Diego, problemas constitucionales en el Estado de derecho, UNAM-IIJ, México, 2002, p. 63
[2] Valadés, Diego, Óp. Cit., p. 61-62
[3] Valadés, Diego, Óp. Cit., p. 63
[4] Ídem.
[5] Valadés, Diego, Óp. Cit., p. 63
[6] Valadés, Diego, Óp. Cit., p. 66
[7] Ídem.

La Suprema Corte del Acordeón

  En una segunda y final actualización respecto a la primera Elección Judicial celebrada en la República Mexicana, de nuevo unos datos:   ...